La fecha de salida de la movilidad Erasmus programada para ClickOnT estuvo precedida por meses de intenso trabajo entre los miembros de la Fondazione Toscana Sostenibile Onlus -FTS-, líder del proyecto, y el socio rumano Asociația Pro Expert, responsable del evento.
En un momento histórico como el actual, planificar la movilidad no es fácil: la finalidad de un proyecto Erasmus, además de la educativa e informativa, consiste principalmente en tejer lazos, crear momentos de confrontación y convivencia entre los participantes. La situación de la pandemia ha afectado fuertemente a las modalidades de movilidad: muchos de los miembros inicialmente implicados en el proyecto tuvieron que seguir los talleres y actividades previstos a distancia, los que participaron en la estancia en Rumanía tuvieron que someterse a normas estrictas para luchar contra la propagación de la infección. Entre los miembros que desgraciadamente tuvieron que abstenerse de participar físicamente en Rumanía se encuentran también Carla Sabatini y Simone Pagni, referentes del grupo de coordinación. Su papel, para la ocasión, se delegó en dos jóvenes miembros de la FTS que, además de participar activamente en la formación, proporcionaron y mantuvieron eficazmente la conexión de audio/vídeo para todos los demás participantes a distancia, entre los que se encontraban 3 italianos, 1 español (Efagalicia) y 3 polacos (Cebs), y también se ocuparon del aspecto de reportaje, compartiendo los temas y experiencias de los ponentes durante las reuniones y la recogida de material fotográfico, Giovanni Golfarini y Benedetta Lo Verso. El primero es un estudiante universitario de la Universidad de Florencia que colabora con la Fundación desde hace tiempo en la formación de voluntarios y contribuye con sus conocimientos a la realización de actividades educativas y de sensibilización dentro de la institución, Benedetta en cambio estudió en la Universidad de Florencia y durante su estancia en la Toscana, entró en contacto con la Fundación con la que comenzó a colaborar para la creación de proyectos medioambientales dirigidos a jóvenes y adultos como el concebido en Sicilia, su región de origen. Así, el equipo, dirigido por Carla, trabajó en la realización de entrevistas con todos los miembros de las instituciones asociadas y en la documentación de las citas fijadas y organizadas por Silvia Petre, Presidenta de la ONG «Asociația Pro Expert» con sede en Râmnicu Vâlcea.
Los días pasados en Rumanía se basaron en una agenda repleta de citas y reuniones relacionadas con el tema del cambio climático, en las que los miembros de los países asociados, Polonia, Rumanía, Lituania, España e Italia pudieron debatir sobre las mejores prácticas aplicadas en sus localidades y las conocidas durante las conferencias en Rumanía.
Las citas comenzaron el 24/01 en el Séneca Anticafé, una realidad polifacética en el corazón palpitante de la ciudad de Bucarest. Anastasia Staicu y Alexandra Teleucā, las fundadoras, nos presentan su espacio que nos acogerá durante dos días de debates y talleres. Seneca anticafé es un espacio de coworking, un lugar para planificar, para compartir ideas y pensamientos, así como la sede de la editorial «Seneca». Esta última fue nominada como la primera editorial ecológica de Rumanía gracias a la responsabilidad adoptada en la creación de cada libro: sólo se utiliza papel reciclado y tinta al agua de impacto cero. Para conocernos e iniciar un viaje juntos, Alexandra propone ejercicios para crear afinidad y dinamismo en un grupo de trabajo como el nuestro, heterogéneo en cuanto a culturas, contextos, tradiciones e idiomas. Posteriormente, Silvia Petre propone una reflexión sobre la que se considera la máquina más poderosa del mundo que nos permite elegir responsablemente cada día: nuestro cerebro. La cita del día 24 termina con una cena de grupo en el centro de Bucarest.
Al día siguiente, 25/01, el lugar de encuentro fue de nuevo el Séneca Anticafe, esta vez con invitados de la escena política e institucional rumana como Raúl Pop, experto en el sector medioambiental y ex secretario del anterior ministro de Medio Ambiente del gobierno rumano. Nos ofreció una reflexión sobre el concepto de responsabilidad que subyace en cualquier propuesta a la comunidad para ser más ecológica y respetuosa con el medio ambiente. La segunda parte de su tiempo se centró en el concepto de economía circular, según el cual un objeto, incluso al «final de su vida», se convierte en un material que puede reutilizarse para fabricar otros objetos. Existe, por tanto, un paso fundamental que une dos prácticas típicas de este tipo de economía, como son la reutilización y el reciclaje: ambas están determinadas por el hecho de que el objeto se convierte en residuo, pero en el primer caso puede reutilizarse sin alterar sus características físicas y químicas, como una botella de vidrio, mientras que en el segundo, el material sufre una transformación para adoptar formas y funciones diferentes. Por último, se presenta la ONG para la que trabaja: Ecoteca. Es un contenedor de ideas ecológicas al servicio de los ciudadanos y las empresas privadas. La charla de Raúl Pop terminó con un momento de reflexión compartida, reservado a las preguntas de los participantes.
Tras una pausa de unos minutos, Anastasia nos explicó a los participantes el significado de la media luna que ilumina el anfiteatro de madera en el que estamos sentados. Es un objeto simbólico y representativo del proyecto artístico «VIAJE DE LA LUNA PRIVADA» de Séneca Anticafe en colaboración con el fotógrafo Leonid Tishkov realizado durante el verano de 2015. Esta luna recorrió 200 km pasando por los Cárpatos del Sur, Valaquia y Transilvania sacando a la luz todos aquellos lugares destruidos por la deforestación y las actividades industriales. El segundo día de reuniones y conferencias terminó con un momento de convivencia en un restaurante tradicional donde pudimos degustar rollos de carne y col acompañados de vino tinto «Negru de Drăgășani», ambos típicos de la zona de los Balcanes.
El día 26/01 nuestro encuentro tiene lugar en Mogosoaia, una ciudad en las afueras de Bucarest.
Nos reciben Felicia y Marius Ienculescu Popovici, propietarios y creadores de Green Mogo y fundadores de la asociación Greeninitiave. Como su nombre indica, se trata de una forma más ecológica de crear formación y difundir nuevos modelos de vida en la pequeña ciudad de unas 5.300 almas. Los proyectos que proponen tienen que ver con el medio ambiente pero viviendo en clave social y comunitaria, ya que tienen un doble objetivo: enseñar a respetar el medio ambiente a través de talleres en los que participan niños y adultos en situación de dificultad social y económica, estudiantes y profesores. Uno de los proyectos más recientes concebidos por Felicia es «Scoliverzi» el relativo a la introducción de una hora de ecosostenibilidad y respeto al medio ambiente en las escuelas primarias, formando al profesorado para introducir ejemplos virtuosos entre los más jóvenes. Lo que más nos llamó la atención fue, de hecho, cómo a través de una estrategia sencilla, llamada «teoría del cambio», que incluye la fase de información y educación ecológica, seguida de la de desarrollo sostenible a escala local y que termina con la construcción y la vida de forma renovable, es posible enseñar a todas las generaciones diferentes formas de apreciar este nuevo enfoque sostenible de la vida: educación para la construcción de edificios y comunidades ecológicas para niños de primaria y secundaria y diseño ecológico a través de la recuperación y el reciclaje de estudiantes universitarios. Hasta la fecha, se han celebrado más de 700 eventos en el centro educativo en cuestión son unos 12 años de funcionamiento, antes de lo cual éste era sólo un refugio donde pasar el fin de semana con la familia. La pareja también creó este entorno basándose en la sostenibilidad del mismo y, gracias a los fondos europeos, pudieron desarrollar talleres educativos para niños criados con diversos tipos de malestar. La estructura trata de ser autosuficiente: paneles fotovoltaicos, estructuras de aislamiento térmico ecosostenibles y de recuperación, espacios verdes donde se cultivan los productos con los que se realizan actividades educativas de cocina y agricultura para todas las edades. Green Mogo es la prueba de que es posible crear estructuras en plena naturaleza con bajo impacto ambiental, donde trabajar y vivir, en cualquier parte del mundo. Lo mismo se hace con el vecindario, haciendo más eficientes energéticamente los hogares de los ciudadanos más vulnerables.
Por la tarde visitamos el laboratorio «Atelier fara frontiere», situado en la frontera entre el centro y la periferia de Bucarest. El edificio que alberga el laboratorio es una antigua nave industrial que ahora se ha dividido en varias actividades, como mecánica y carrocería. En una de estas salas se encuentra el almacén donde se conservan y restauran los viejos ordenadores por parte de los voluntarios del proyecto Intec. Todos los voluntarios son víctimas de la violencia, ex drogadictos o ex reclusos que intentan reincorporarse al mundo laboral. Los productos finales se distribuyen allí donde se necesitan de forma autosuficiente; por ejemplo, durante 2021 se entregaron gratuitamente a estudiantes que no disponían de ordenadores para seguir la enseñanza a distancia. Asimismo, se puso en marcha la actividad del laboratorio de confección ReMesh, que elabora productos de calidad como bolsas o estuches y carteras a partir de banners publicitarios como material reciclado. No se investigó el origen de las mujeres de este proyecto porque estaban presentes mientras hablaban de él y, por respeto a ellas, no se especificó su trayectoria antes de formar parte de la asociación. El último proyecto que se ha puesto en marcha es un servicio de reparto a domicilio de verduras y frutas frescas en el que las voluntarias siguen todo el proceso, desde el trabajo de la tierra hasta la entrega de los productos. Para este tipo de asociaciones es fundamental la presencia de psicólogos y trabajadores sociales muy competentes, así como la colaboración con diversas asociaciones que se ocupan de ayudar a los voluntarios a conseguir un hogar permanente para poder ir a trabajar y a donde volver después de las horas de trabajo, y de proporcionar los documentos y servicios necesarios para rehabilitar a la persona.
Por la tarde salimos hacia Ramnicu Valcea, en el Hotel Castel.
El 27/01 visitamos tres municipios vecinos y muy diferentes, concretamente Ramnicu Valcea, la capital de la provincia, donde nos recibió el teniente de alcalde, Galicea y Cernisoara. Ramnicu Valcea es una ciudad desarrollada con muchos proyectos de educación ambiental en las escuelas y donde el consumismo tras el fin del régimen dictatorial de Caucescu ha provocado graves dificultades para limitar los residuos de los habitantes, según el teniente de alcalde. Entre los proyectos que se llevan a cabo, está el piedibus, donde los niños aprenden a liderar una cadena humana para cruzar la carretera de forma segura y sin utilizar medios contaminantes; el día de la prohibición del tráfico contaminante, donde no se puede coger el coche para ir al centro de Ramnicu Valcea; la recogida de residuos electrónicos en los colegios, donde también se educa de forma que se transmita la ética medioambiental a todos los hogares. Nos han señalado las dificultades que encuentra el municipio con la recogida de residuos: las empresas privadas no responden a las peticiones del municipio como la de crear recogidas más diferenciadas y también el hecho de sufrir fuertes impuestos que no pueden ser utilizados como herramienta coercitiva sobre la sociedad privada porque depende del estado central.
Dirigiéndonos a Galicea nos encontramos con un pueblo que reúne una docena de aldeas dispersas, donde el alcalde nos recibe con la tradicional sopa de pollo, carne asada con remolacha roja y nos sirve algunas bebidas locales. Haciendo una foto de grupo, nos dirigimos a la central eléctrica; a pesar de la predominante actividad agrícola, durante el periodo dictatorial rumano se construyeron numerosas centrales hidroeléctricas a lo largo del río Olt que todavía sirven a las pocas industrias que quedan en la zona y que pueden necesitar más en el futuro, según nos cuenta el alcalde. A medida que nos dirigimos a la última ciudad, que es Cernisoara, nos damos cuenta de que el compromiso medioambiental de estos municipios con respecto a las políticas medioambientales es muy relativo: por un lado, el margen de decisión es casi nulo, dada la escasa población y un fuerte modelo económico local y autosuficiente, como se desprende de los productos locales que se nos ofrecen, por otro lado, tenemos ejemplos reales y a mediana escala de sociedades de bajo impacto medioambiental. Si tenemos en cuenta la relación entre superficie verde y área urbana es evidente que el verdadero dueño del lugar es la naturaleza. Preguntados por la visión de sus municipios ante el cambio climático, tanto el alcalde Florin como el alcalde Dumitru expresaron una sincera preocupación basada en dos argumentos principales: el primero es su estrecha dependencia del clima, ambos señalan cómo se han reducido las estaciones de mayor productividad de la tierra, es decir, la primavera y el otoño, y cómo las colinas circundantes se han ido deshabitando poco a poco debido al riesgo de desprendimientos y a la inestabilidad del suelo; el otro argumento es quizá aún más preocupante y se refiere al hecho de que las realidades más pequeñas que deberían dar ejemplo no se tienen suficientemente en cuenta y no se les reconoce como «líderes» que puedan dar ejemplo. «Ante los largos inviernos sin nieve, caracterizados por el hielo que arruina la tierra, nos calentaremos con el vino que produjimos el año
La experiencia en Rumanía nos permitió conocer el estado actual del desarrollo de estrategias para hacer frente al cambio climático. La educación y el conocimiento son las armas ganadoras; en todos los casos se habló de la difusión de buenas prácticas y de sistemas de control y estandarización de tecnologías innovadoras como piedra angular de la lucha contra el consumo y el despilfarro. La brecha entre el poder central y las pequeñas realidades asociativas o los municipios más periféricos persiste y crea poca claridad en las figuras intermedias, lo que puede dar lugar a la frustración y a una sensación de agobio que se apodera de quienes intentan educar y difundir nuevas evidencias científicas cuando el desconocimiento se extiende. Como en el caso de Felicia, que al día siguiente de explicar sus posiciones sobre un nuevo plan de urbanización de los campos agrícolas de los alrededores de Bucarest, fue agredida verbal y físicamente por algunos políticos de su municipio. Probablemente, dados los diferentes intereses económicos y políticos en juego, la mayoría de la antigüedad de los partidos y, en general, por ignorancia y miedo, algunas personas se sienten con derecho a poder ejercer la violencia para ejercer su poder. La estrategia de educación que han emprendido las asociaciones y los municipios que hemos visitado son, en cambio, caminos más largos pero que creemos que traerán mayores beneficios para todos. anterior», bromean amargamente.